Canadá

El gobierno de Canadá lanzó una polémica iniciativa que intenta regular los contenidos que ofrecen las plataformas digitales.

Una verdadera lluvia de críticas generó la aprobación de un proyecto de ley impulsado por el gobierno canadiense.

Entre los objetivos de la ley C-11 se plantean nuevas disposiciones a las que deberán ajustarse las plataformas digitales.

Una de ellas es la obligatoriedad de promocionar contenidos que difundan la cultura del país.

Como era de esperarse, las críticas hacia la iniciativa inundaron rápidamente las redes sociales.

Entre los más afectados se encuentran las plataformas de Youtube y TikTok que manifestaron su descontento por la noticia.

También se expresaron su repudio algunos cantantes e influencers hacia una ley que roza la censura.

Para los detractores, la C-11 coarta la libertad de expresión y construye un muro infranqueable entre los creadores de contenido y el espectador.

Otra de las críticas compara a la nueva ley con una mentalidad anacrónica, analógica y encajonada en la mentalidad cuadrada de la televisión.

A la par de la creciente cantidad de rechazos, la medida recibió el beneplácito de algunas asociaciones, creadores y cantantes.

Para el lado B de la grieta, la iniciativa contribuye a realizar la cultura y a propiciar un cambio en el misterioso algoritmo.

Los fans de la C-11 confían en los beneficios que traerá el límite impuesto a las redes sociales y a las plataformas que seleccionan y dosifican los contenidos.

Aunque la polémica apunta hacia Canadá, la verdad es que otros países aplicaron medidas que afectan a Youtube y TikTok.

Con puntos de vista tan polarizados, la polémica sobre este tema en Canadá invita a repensar la forma en que los países se relacionan con el mundo virtual.