El número de muertos en Irán tras la protesta masiva por el asesinato de una joven por llevar mal puesto el velo crece de manera alarmante.
Oficialmente, el número de muertos confirmados es de 17 pero los organismos de derechos humanos aseguran que son más de 30.
La policía de la moral iraní mató a golpes a una mujer, desatando la furia de una parte de la sociedad.
Mahsa Amini, una joven de 22 años de edad, fue detenida por la policía por la presunta violación del código de vestimenta.
De acuerdo a las versiones, Mahsa fue golpeada mientras permaneció en custodia hasta morir y nunca se permitió a la familia verla.
Para los oficiales, la mujer falleció a consecuencia de un sorpresivo paro cardíaco pero los hechos cuentan lo contrario.
Después de haberse conocido el desenlace de la detención, los ciudadanos salieron a las calles a manera de protesta.
En las calles, las mujeres hicieron quema de velos y algunas se cortaron el pelo como símbolo de hartazgo de una ley absurda y machista.
El asesinato de Mahsa genero una catarata de protestas en distintas partes del mundo y puso en evidencia las vejaciones que las mujeres sufren en ese país.
El rigor religioso con el que se trata a las mujeres no es el mismo para los hombres en Irán y tampoco se lo desea a ningún ser humano.
La muestra de ello es la represión con balas que el gobierno de ese país utiliza como respuesta a una manifestación pacífica.
Mezclar la religión con la política nunca será una idea buena y para muestra, la historia cuenta con infinidad de muestras.
El amor a Dios es un tema personal, único, celestial y nunca debería ser un sinónimo de muerte, castigo y odio.
