Irán

El gobierno de Irán investiga el envenenamiento de al menos 650 niñas con gas tóxico desde noviembre pasado.

Por el envenenamiento masivo de cientos de menores de edad en Irán, las autoridades abrieron una investigación criminal.

Mientras la presión social va en aumento, la justicia iraní avanza un paso y retrocede dos en el caso de los envenenamientos.

Sin embargo, una pequeña luz de esperanza se abre para las víctimas tras el anuncio del fiscal general de la causa.

El primer episodio ocurrió en noviembre pasado y en esa ocasión resultaron envenenadas 18 estudiantes.

Todas las menores de edad acudían a una escuela técnica ubicada en la ciudad santa de Qom, quedando posteriormente hospitalizadas.

Posteriormente, los casos se replicaron en al menos 10 escuelas, causando la indignación de los padres.

Mientras la policía intenta justificar lo sucedido, aduciendo teorías irrisorias, las protestas sociales aparecieron.

En la memoria se encuentra fresco el recuerdo de Mahsa Amini, una joven asesinada por la policía.

El punto que une el caso de Mahsa con los envenenamientos sigue siendo el mismo: La religión.

Un claro ejemplo del poder que ejercen los grupos religiosos quedó en evidencia tras las declaraciones del viceministro de Salud.

Al principio, Younes Panahi aseguró que se trataba de un hecho premeditado para evitar que las niñas asistan a clases.

Pasadas las horas, el mismo funcionario salió al cruce para retractarse, una conducta bastante común en el gobierno.

Otra de las especulaciones mencionan el avance de los grupos extremistas en la zona.

Un detalle que es importante mencionar es que ninguna de las menores perdió la vida pero sufrieron síntomas graves.