China

El resultado de las elecciones presidenciales celebradas este fin de semana en Taiwán tensa las relaciones con China. Con el 40% de los votos, Lai Chin-te se convirtió en el nuevo presidente de Taiwán.

Lai Chin-te representa al Partido Democrático Progresista que gobierna de manera ininterrumpida desde hace 8 años. Tras el reconocimiento de los resultados, las reacciones tanto de Estados Unidos como de China desnudaron la interna. Por un lado está China, que no quita el pie del acelerador en su carrera por recuperar Taiwán, y por el otro se ubica Estados Unidos, que persiste en la idea de conseguir un poderoso aliado.

Mientras que en el medio se ubica Taiwán, un lugar que alberga a millones de personas deseosas de independencia. Para quienes analizan el conflicto entre ambos países asiáticos, la situación es compleja por dónde se mire.

Córdoba Tevé

Pese a la existencia de una fecha exacta del momento en que China perdió el dominio de la isla, existen lazos difíciles de romper. Desde el punto de vista económica, las relaciones entre los empresarios de ambos países perduran y crecen.

El pensamiento pragmático asiático, imposible de emular en occidente, es el motor que sostiene y garantiza la bonanza de ese punto oriental.

Sin embargo, la idea de Taiwán de volar con alas propias crece con el pasar de los días. Es en este contexto que los guiños entre la isla y Estados Unidos recrudecen las diferencias con China.

Al conflicto se suma también la brecha entre Oriente y Occidente desde que empezó a tomar forma el nuevo ordenamiento mundial.