policía de la moral

Mohammad Jafar Montazeri, fiscal general de Irán, anunció este domingo que el fin de la policía de la moral se acerca.

El terror que sembró la policía de la moral en Irán ocasionó el repudio de una buena parte de la ciudadanía

Presionado por manifestaciones multitudinarias, el gobierno de Irán decidió suspender a la policía de la moral.

Sobre este organismo pesan hechos irreproducibles que terminaron con la vida de mujeres a lo largo y ancho del país.

Aunque se desconoce el número exacto de muertes, el caso de Mahsa Amini fue la gota que rebalsó el vaso.

Mahsa fue detenida por la policía por presunta violación al código de vestimenta y falleció en custodia.

Como sucede en este tipo de casos, la policía argumentó un desmayo repentino como la causa. Sin embargo, los golpes que presentaba el cuerpo de Mahsa contradicen a la versión policial.

Aunque Mahsa es el motivo de las protestas, no es la única víctima del infame organismo.

Durante las manifestaciones se registraron al menos el asesinato de dos jóvenes mujeres.

Hadis Najafi y Sarina Esmailzadeh, de 22 y 16 años respectivamente, desaparecieron tras participar en una protesta en Karaj.

Los familiares de ambas fueron presionados por la policía para que ofrecieran una versión distinta a lo ocurrido.

Si bien es cierto que la desarticulación de la policía de la moral es una decisión acertada, la realidad es compleja.

El odio hacia las mujeres, motivada por el fanatismo religioso, aun conserva profundas raíces dentro de una sociedad machista.

Como ya ocurrió en otras ocasiones, el organismo permanecerá activo solamente que bajo un nuevo nombre, violando los derechos humanos.

Es por eso que la idea de construir una verdadera revolución cultural puede ser la única esperanza.