Represa

El conflicto entre Rusia y Ucrania escaló a un nivel insoportable que provocó el rechazo de los organismos internacionales.

La explosión de una represa ubicada en el sur de Ucrania tomó como rehén a la población civil.

Hasta el momento, 24 localidades de Ucrania tuvieron que ser evacuadas y al menos 17.000 personas fueron reubicadas.

Estamos hablando del peor desastre ambiental desde que empezó la guerra entre Rusia y Ucrania.

Además de abastecer de agua a los habitantes de la zona, la represa se utiliza para refrigerar a una central nuclear.

Tras el ataque, los países en conflicto deslindaron responsabilidades a través de distintas declaraciones.

«Se trata sin duda de un acto de sabotaje deliberado de la parte ucraniana, que fue planificado y ejecutado por orden de Kiev».

Dmitri Pescov, portavoz de la presidencia rusa

«Rusia hizo explotar una bomba y ha provocado daños medioambientales masivos».

Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania

La tensión entre ambas naciones llegó a un punto que obliga la intervención de la ONU para que investigar lo sucedido.

Al escándalo se sumaron los reclamos de la Cruz Roja, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Los tres organismos exigen una pronta respuesta sobre lo sucedido y la aplicación del peso de la ley contra el culpable.

También existen dudas sobre la forma en que afectará la falta de agua en el enfriamiento de la central hidroeléctrica de Kajovka.

Mientras los discursos fluyen, la vida de las personas afectadas por la guerra pende de un frágil hilo.