España

El avance de la sequía en el sur de España obligó a los agricultores de la zona a dejar de sembrar el tradicional arroz.

España advirtió a la Comisión Europea sobre la situación desesperada que viven los agricultores tras la sequía.

Además de los campos de labranza, el fenómeno afecta también al Parque Nacional de Doñana, el más importante de la región andaluz de España.

El parque es una reserva protegida en la que conviven la fauna y la flora de manera salvaje.

Contiene una extensa red de humedales que sirven de abrevadero y alimento para los aves y los animales terrestres.

Pese a estar protegido, el parque empezó a mostrar signos de sequía que alarman a los expertos.

Tradicionalmente, Doñana ha sido una zona que contiene 37.000 hectáreas de arrozales que necesitan del agua.

Sin embargo, las lagunas se están secando y en donde antes había vida ahora luce desierto.

Desde el sindicato de agricultores anunciaron que la situación empezó a empeorar a partir del 2022.

Según las estadísticas, el agua que llega a los arrozales disminuyó un 70% al igual que la calidad de la misma.

Por ese motivo, los productores redujeron los cultivos al 30% y las proyecciones amenazan con paralizar al sector.

Mientras el suelo se vuelve arcilloso, el calor aumenta y el agua desaparece. En semejante panorama, la única solución es recrear de manera artificial las condiciones naturales óptimas.

En el polo opuesto de los reclamos agrarios se encuentra la denuncia de los proteccionistas. Dichos organismos denuncian a los agricultores que roban el agua para regar los cultivos, creando el desequilibrio que ahora existe.