Georgina Meloni

El gobierno de Italia empezó a eliminar las prestaciones sociales que benefician a cientos de miles de familias pobres.

Igual que se despide a los empleados de las grandes empresas, Italia anunció la quita de subsidios por mensaje de texto.

Tal como se esperaba, la primera ministra Giorgia Meloni avanzó en una de las tantas promesas de campaña.

Dando por hecho que toda persona está en condiciones de trabajar, el gobierno suspendió los subsidios económicos.

Antes de la llegada de la gestión encabezada por Meloni, Italia contaba con un plan social conocido como «reddito di cittadinanza» (renta de ciudadanía).

La renta de ciudadanía funcionó durante cuatro años y estaba destinada a familias desempleadas o de bajos recursos.

Dicho beneficio fue instaurado en 2019 por Giuseppe Conte, militante del partido Movimiento Cinco Estrellas.

Uno de los objetivos de la medida fue asistir a las personas hasta su reinserción en el mundo laboral.

De acuerdo a las nuevas disposiciones, el reddito di cittadinanza dejará de funcionar para quienes la mayoría de los beneficiarios.

Las familias que no cuenten con algún integrante discapacitado, menores de edad o mayores de 65 saldrán del beneficio.

Por mensaje de texto, miles de ciudadanos se enteraron de que el gobierno les soltó la mano.

«Solicitud de renta ciudadana suspendida en virtud del artículo 48 del decreto 20/23 a la espera de ser asumida por los servicios sociales».

Después de que se conociera la medida, las críticas lanzadas por los afectados y el arco opositor inundaron las redes sociales.

Mientras la derecha aplaude la decisión, la izquierda asegura que Meloni inició una verdadera guerra en contra de los pobres.

Pese a las explicaciones de Meloni sobre la capacidad de trabajo, la realidad italiana es otra. El país reporta una de las tasas de desempleo más altas de Europa.

Bajo esa premisa, el deseo de trabajar no alcanza para quienes buscan y simplemente no encuentran una oportunidad.