jabalíes

Compitiendo con las palomas, la población de jabalíes en Italia creció de manera alarmante en distintas ciudades.

La presencia de una manada de jabalíes merodeando en la región de Calabria reavivó la cruzada contra este tipo de animales.

Históricamente, el jabalí vivió de manera salvaje en los campos, alejado siempre del bullicio de las ciudades.

Sin embargo, la situación en los últimos años cambio de manera radical. El avance de la urbanización, sumada al exterminio del habitat naturales por la mano del hombre, motivó la migración de los animales.

Los incendios forestales son también otra de las causas que contribuyen a la forzada migración de este tipo de mamíferos.

Al poseer un poderoso olfato, el cerdo salvaje encontró en la basura de las ciudades una poderosa atracción.

Es por eso que en las calles de Roma ingresaron como Pedro por su casa, rastreando restos de comida.

La escena tomó por sorpresa a los habitantes ya que los animales adoptaron rápidamente la misma actitud de las palomas.

Decenas de ellos empezaron a deambular por las calles de distintas ciudades, ingresando a las casas particulares.

Por la cantidad y frecuencia de las invasiones, las autoridades italianas pusieron en marcha un plan de control de plagas.

La propuesta incluyó la cacería y hasta un toque de queda para evitar el contacto directo.

Con esta medida, el Gobierno pretende aminorar los daños que los porcinos producen en los campos y en las ciudades.

También se pretende frenar cualquier posibilidad de transmisión de enfermedades o virus entre humanos y animales.

Más allá del alto valor nutritivo de la carne de jabalí que podría aprovecharse, la discusión también roza otras cuestiones.

Los seres humanos olvidamos, hace miles de años, la importancia que tienen todo y cada uno de los animales que nos rodean. Exterminarlos no debería ser la única alternativa.